Esta ruta discurre hacia el descansadero de El Malagón por la Cañada Real Leonesa.
Tramo A
El recorrido comienza en la parte más alta del pueblo, al oeste. Tomaremos como referencia las indicaciones para acceder al Euroforum Felipe II, pero no llegaremos a él.
Ascendemos hasta alcanzar la calle de la Presa, por la que continuaremos hasta la altura del muro de la presa de El Romeral, donde se inicia nuestro camino. En este punto la carretera gira bruscamente a la derecha, comienza una estrecha vereda que lleva hasta el curioso mirador de la Casa Rústica, sobre la presa de El Romeral.
El muro, que podemos ver en la presa moderna, se dice que es obra de Juan de Villanueva, realizado durante el reinado de Carlos III.
De la presa original, realizada en tiempos de Felipe II, sólo quedan algunos restos. En el centro del embalse aún se pueden observar restos de otro muro perteneciente a la presa realizada en la época de Alfonso XIII.
El camino discurre entre un pinar de pino laricio (Pinus nigra) con cedros (Cedrus atlantica) encajado entre la valla de la presa y los restos de la Gran Cerca Real o Maestra, que limitaba las propiedades reales. El camino es fácilmente reconocible por las señales rojas y blancas del sendero de Gran Recorrido (GR-10), que nos acompañará en varias partes del recorrido.
Inmediatamente después se llega al Parque de la fuente de la Teja o Parque forestal Miguel del Campo, construido en 1929. En esta zona se pueden observar gran cantidad de aves, como los ruidosos picos picapinos (Dendrocopos major).
Un poco más arriba, bajo los cortados, en contramos la fuente de la Currutaca y en sus proximidades un edificio en ruinas.
En esta zona comenzaron los trabajos de repoblación del Monte de la Jurisdicción por parte de la Escuela Especial de Ingenieros de Montes, en 1892.
Continuaremos por el camino paralelo al arroyo de El Romeral, dejando a mano izquierda el vallecillo con las dos fuentes y las conducciones de agua.
Volvemos a ascender suavemente entre el denso arbolado de robles (Quercus robur), arces (Acer pseudoplatanus), castaños de indias (Aesculus hippocastanum), tilos (Tilia Platyphyllos) y algún cerezo (Prunus avium).
Llegamos así hasta la pista forestal que baja de la carretera. Cruzamos buscando el sendero que continúa hasta conducirnos hasta una puertecilla en la valla metálica. En este punto nos encontramos con el Cordel del Valle, una pista forestal que en realidad es un ramal de la Cañada Real Leonesa que nos llevará hasta ella, para ascender al puerto de San Juan de Malagón. Este corto tramo también lo podemos recorrer sobre las losas graníticas que cubren el canal de distribución de aguas que alimentan a la presa. Observaremos que acompañan a este curioso camino gran cantidad de arbustos espinosos como la zarzamora (Rubus ulmifolius) y el endrino (Prunus spinosa). Un poco más arriba se puede ver la boca de entrada a este canal, de una anchura de unos 50 cm y altura soterrada de un metro.
Tramo B
El itinerario discurre hacia la izquierda, por el cordel por el que continuamos unos 30 m, hasta localizar unas arquetas de la red de captación y distribución de aguas, donde encontramos un sendero que asciende directamente. Seguimos este ascenso por una zona erosionada teniendo como referencia una gran roca. Más arriba llegamos a una bifurcación, donde una estaca de madera nos servirá de referencia para tomar el ramal de la derecha.
Este camino discurre entre pinos resineros hasta la carretera, después de atravesar una zona vallada denominada “vivero de los Gallegos”. Se distinguen las terrazas cultivadas con cerezos. Esto es lo que queda de un pequeño huerto, algunos de los cuales eran cedidos a los agentes forestales, para su aprovechamiento y disfrute, cultivándose mediante el aterrazamiento en bancales. Continuando el sendero llegaremos a un área con una reciente reforestación de pino y encina.
Inmediatamente después alcanzaremos la carretera en un punto cercano a la fuente de la Concha. Nuestro camino continúa de frente, siguiendo el tendido eléctrico hasta el descansadero y el puerto de San Juan de Malagón. Nos encontramos en una zona donde la vegetación dominante será el pino silvestre y junto a los arroyos algún sauce, zarzas y rosales silvestres. Siguiendo por la carretera hacia la izquierda, en dirección al puerto, encontraremos el Arboreto Luis Ceballos. Si decidimos refrescarnos en la Fuente de la Concha, antes de emprender el último tramo del camino, debemos descender hacia la derecha por la carretera.
Antes de llegar a ella veremos un sendero a nuestra izquierda, junto a una señal de riesgo de incendios, que nos conducirá a un lugar donde veremos una gran haya (Fagus sylvaticus), pinsapos (Abies pinsapo), incluso alerces (Larix decicua). Sobre la fuente de la Concha destaca la silueta de dos gigantes, unos magníficos ejemplares de pinsapo. Todas estas especies fueron introducidas en antiguas repoblaciones. El entorno que nos rodea es el resultado de las transformaciones seculares que ha sufrido la vegetación natural. Potencialmente estaría representada por un melojar de Quercus pyrenaica.
Además, la situación de solana favorece el asentamiento de las encinas (Quercus ilex subsp. Ballota), que ascienden hasta estas cotas junto a especies asociadas al encinar de altura (supramediterráneo). No obstante, estaríamos en el límite superior de esta formación. Por estas razones en el Arboreto se pueden observar pimpollos de roble melojo y encina –toda vez que el ganado ya no puede ramonearlos debido al cierre del recinto– junto a especies leñosas como la jara pringosa (Cistus ladanifer), la jara estepa (Cistus laurifolius), el escobón (Genista florida), la retama negra (Cytisus scoparius), el cantueso (Lavandula stoechas subsp. Pedunculata), el torvisco (Daphne gnidium), la botonera (Santolina rosmarinifolia), el majuelo (Crataegus monogyna), el enebro de la miera (Juniperus oxycedrus subsp. Badia), el escaramujo (Rosa canina, R. micrantha), la zarzamora (Rubus ulmifolius), etc.
Por otro lado, junto al arroyo del Arca del Helechal, único curso de agua que atraviesa el Arboreto, crecen espontáneamente la bardaguera (Salix atrocinerea) y el fresno (Fraxinus angustifolia), cuyas copas forman un magnífico dosel arbóreo.
Frente a la entrada al Arboreto, al fondo del estacionamiento de vehículos, también sale un sendero que remonta por la loma hacia el puerto de El Malagón. Setrata de la antigua vereda de Peguerinos,que nos conducirá como camino alternativo hasta el descansadero y el puertode San Juan de Malagón.
En lo alto del puerto, a 1.537 m de altitud, se sitúa el descansadero: una zona despejada donde aparecen los piornos serranos. Desde este punto, tendremos unas magníficas vistas sobre el embalse del Tobar y la Sierra de la Paramera, últimas estribaciones de la Sierra del Guadarrama, desde donde destaca el Alto de Cartagena con su parque eólico. Al fondo, las primeras estribaciones de la Sierra de Gredos: Cerro Guisando, Cabeza de la Parra e incluso en los días claros las cumbres de la parte central de la Sierra de Gredos con la Galana y el Almanzor como techos de esta sierra.
Tramo C
El retorno lo haremos siguiendo la carretera hasta llegar a la pista que conduce hacia el centro de educación ambiental y el área recreativa de los Llanillos. El entorno es muy sombreado, pudiendo identificar magníficos ejemplares de plátano de paseo, castaños y arces entre otros. Pero destaca, junto a la fuente, un centenario olmo (Ulmus laevis) con sus más de 23 m de altura y 16 m de diámetro de copa.
A partir de un paso canadiense, continuaremos por la pista casi horizontal siempre en dirección oeste hasta encontrar una vereda poco marcada a la izquierda, por lo que debemos estar atentos.
Como referencia calcularemos unos cien metros desde que dejamos la carretera en dirección a los Llanillos. El camino se ensancha y desaparecen las piedras que lo delimitan. Aquí se inicia el sendero. Poco más adelante, como punto de parada para no pasarnos, encontraremos a la derecha del camino una piedra redonda bajo un pino.
Tramo D
Este sendero desciende vertiginosamente entre pinos y jaras, describiendo un trazado en zigzag, popularmente conocidas como “las zetas” o “las siete revueltas”.
Cuando salimos del bosque encontramos una pista. Continuamos por ella hacia la izquierda, subiendo ligeramente, siguiendo un muro de piedra y una valla de malla cinegética. La vegetación de la zona está constituida por arbustos dispersos y prados.
Más adelante alcanzamos un cruce con dos puertas, pasaremos por la puerta de la izquierda. El recorrido continúa por la pista paralela a la valla, que nos conducirá nuevamente hasta el inicio de ruta.