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Fuente nueva – Casa de los Llanillos

Distancia

10,3 km

Duración

3 horas

Dificultad

Baja

(1) Partimos de Fuentenueva, junto a la carretera de Guadarrama (M-600), al lado de la Urbanización Felipe II. Fue construida por Fernando VII en 1815 y está próxima…

(2) …al Albergue Centro de Recursos Naturales, del mismo nombre. Nos rodean magníficos ejemplares de fresno, bardaguera, saúco, ciruelo silvestre, fresno de Vizcaya, olmos, endrinos, chopo y acacia de tres espinas. Los jardines privados de la zona sirven de refugio a mirlos, petirrojos, carriceros comunes, carboneros, herrerillos, zarceros, etc. Te ayudará a identificarlos el panel informativo colocado cerca de la Casa del Polvorín. Este tramo de transición entre pinar y encinar es utilizado por los rabilargos como lugar de paso de un ecosistema a otro.

La ruta asciende por un camino paralelo a la margen derecha del Arroyo del Barrancón y lleva a la zona del Polvorín, (explanada donde dejamos a la derecha la pared que asciende hasta el Pico de Abantos, y el Arroyo del Barrancón). Se puede apreciar gran parte de la zona quemada en el verano de 1999, que actualmente está reforestándose y regenerándose.

A la izquierda se encuentra el área recreativa de El Tomillar, formada por un pinar de pino negral y pino piñonero, acompañados de encinas de pequeño porte, árbol del cielo, ciprés y falsa acacia con sus característicos racimos de flores blancas conocidas popularmente como pan y quesitos. Entre los arbustos encontramos retama de olor, retama negra, retama, labiérnago y torvisco, junto a pequeñas plantas como jarilla y botonera. Es una buena zona para avistar oropéndolas, aguilillas calzadas y ratoneros.

El camino desemboca en la pista forestal asfaltada, continúa por ella 50 metros y gira a la izquierda en el Paso Finlandés, (observamos una masa de melojo, ejemplo de la vegetación que predominó en estas laderas). En primavera y verano veremos multitud de abejarucos sobrevolando la zona. El pinar está alternado con zonas abiertas donde podremos encontrar agateadores comunes, mosquiteros papialbos, verdecillo, pinzones vulgares, escribanos montesinos y multitud de carboneros comunes. Todo aderezado con el griterío de los rabilargos yendo de un árbol a otro. El camino llanea, pasando por el Arroyo de La Cruz y más adelante…

(3) …el Arroyo de Las Cebadillas. Destaca la presencia del enebro de la miera y de la jara pringosa acompañados por escaramujos, zarzamora, mejorana, tomillo y cantueso. Si sube por el arroyo descubrirá grupos de magníficos castaños.

En esta parte de nuestra ruta, la vía pecuaria que estamos recorriendo constituye el límite en altitud del casco urbano de San Lorenzo de El Escorial, por encima del cual se alza el Monte Abantos, declarado Paraje Pintoresco en 1961, y termina uniéndose al paseo Miguel de Unamuno. Antes del cementerio, giramos a la derecha por la calle Puerto de Malagón y ascendiendo por encima de las casas, por un pasillo entre pinos, se llega al Arroyo de La Barranquilla. En su vaguada destacan los bosquetes formados por numerosos ejemplares de pinsapo, introducidos por la Escuela Especial de Ingenieros de Montes a principios del siglo pasado.

Desde aquí, seguimos por la Cañada Real Leonesa, pegada a unos chalés a nuestra izquierda, hasta alcanzar la pista forestal asfaltada que cruzamos para descender por otra pista sin asfaltar que nos lleva al Arroyo del Romeral.

(4) Llegamos a la vaguada del Romeral, cuyo cauce aparece canalizado hasta la presa del mismo nombre. En esta zona observamos gran variedad de especies como roble albar o pino de Monterrey. Continuamos paralelos a un tendido de media tensión, yendo a dar a una puerta, que cruzamos.

(5) Tomamos el camino a la derecha que nos conduce al Arroyo del Helechal. A pocos metros, aguas arriba, veremos el arca. Es una construcción de sillares de granito, que junto con otras de similares características, fueron mandadas construir por Felipe II para la captación y abastecimiento de aguas del Monasterio. En el interior podrá observar el sistema de pilas para la decantación progresiva de las impurezas. Aguas abajo llegaríamos a la Presa del Infante. Al ser una pista bastante ancha, proporciona a los lagartos y lagartijas de la zona una buena solana. Son especialmente abundantes los busardos ratoneros junto a aguilillas calzadas y alguna perdicera. Y, esperando hasta el último momento para alzar el vuelo, nos toparemos con abubillas.

Tras pasar el Arroyo de Los Castaños, el camino se bifurca en dos: seguimos por el más marcado, el de la izquierda. Más adelante volvemos a coincidir con el tendido y lo acompañaremos hasta una finca de nombre El Cobijo. Al sobrepasarla aparece una senda a la derecha. La vegetación predominante es el pino negral con matorrales de las rosáceas ya comentadas —zarza mora, majuelo— y algún que otro pie de cambrón. Abundan la jara pringosa e irán apareciendo enebro, cantueso y helechos.

(6) Aquí comienza el Camino del Caracol, que zigzagueando sube hasta una pista, donde apreciaremos el característico porte en bandera de un buen ejemplar de pino silvestre o el muérdago, parásito de los pinos.

(7) Poco a poco y una vez rebasada la «barriga» del barranco de La Cabeza (ladera que estamos atravesando), divisamos y alcanzamos La Torrecilla, roca de gneis que se erige sobre la ladera, con una altura de unos veinte metros, y que da su nombre al arroyo próximo.

(8) A la derecha, nos encaminamos al área recreativa de Los Llanillos y su refugio, hoy convertido en Centro de Educación Ambiental. En esta zona, antiguo vivero forestal, podremos ver especies como el pino resinero, castaños, plátanos, mimbreras, chopos, olmos —el que está junto a la fuente está catalogado como árbol singular —arces, fresnos, chopos temblones, cerezos, arces de Montpellier, mostajos, ciprés de Lawson, alisos y cedros).

(9) Un poco más allá (fuera de la ruta), encontraremos el Arboreto Luis Ceballos.

La ruta nos lleva hacia la izquierda, al Arroyo del Avispero, y a su costado hay un muro, que cruzamos. A partir de este momento, se continúa por los múltiples caminos que se formaron a partir de las terrazas empleadas para la repoblación. Volveremos a ver la fauna ya comentada, siendo especialmente abundantes los carboneros garrapinos y el herrerillo capuchino, hacia el final. Y en las zonas cercanas al arroyo, currucas capirotadas y zarceros comunes. También se dejarán ver escribanos montesinos, pinzones vulgares… y mucho agateador común. En las zonas abiertas disfrutaremos de panorámicas sobre La Herrería (con la Presa del Batán en primer término), Las Machotas o el Puerto de la Cruz Verde.

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